Crónica Tauromáquica por Eugénio Eiroa, Director do Serviço Luso-Espanhol Naturales - Correio da Tauromaquia Ibérica:
LISBOA : Perera fue lo mejor, pero se hizo presente lo de "cuando hay toreros, no hay toros..."
Noche de gala en cuanto a asistencia de público (mucho sin duda) prueba de la enorme expectación despertada por un excelente cartel. Pero la corrida mixta - independientemente del minuto de silencio guardado en memoria del fallecido José Joao Zoio- no comenzó en buen plano, en cuanto a la calidad de los toros.
"El toro tenía muy poca fuerza, traté de cuidarlo, pero no logré lo que quería...", decía Pedrito de Portugal al referirse al Varela Crujo que le tocó por delante -segundo toro de la noche-. La realidad es que fue una decepción el morlaco criado en el Bajo Alentejo, de procedencia El Torreón esta ganadería de Varela Crujo, antaño de tan buenos resultados y esta noche, en el primero de la lídia a pié, presentando un toro auténticamente inválido, que se desplomó en el capote ya (después también lo haría en la muleta) y que tenía que haber sido sustituido por impresentable. Pero el director de corrida no quiso saber nada de ello y Pedrito hizo el paripé propio al caso, que tanto desprestigia a ganadería y torero. Pena de faena que había sido brindada a los hijos de José Joao Zoio, presentes en una barrera del Campo Pequeno.
Antes del primer toro lidiado a pié, Joao Ribeiro Telles II tuvo una lídia en la línea que acostumbra, abriendo ante un Ortigao Costa que daría algun problema a los forcados de Aposento da Chamusca, una noche en la que el pequeño de los Telles llegó muy dispuesto a no desentonar.
En el tercero de la noche, otro Varela Crujo con más consistencia que el segundo, no hubo descanso para la Banda do Samouco. La faena de Miguel Angel Perera prometía mucho tras una lídia con el capote de mucho interés y suavidad -lo que denotaba también que el morlaco no andaba sobrado de fuerzas-. Fué asi cómo Miguel Silva hubo de esmerarse con el solo de trompeta del pasodoble "Virgen Macarena", abrillantando lo mucho bueno que ante un toro que se desplazaba al ralentí hizo Miguel Angel Perera, muy aplaudido por el público, puesto en pié en su mayoría al final de la faena. Sonó "Marcial" desde el segundo anfiteatro para celebrar la vuelta al ruedo muy aplaudida de Perera. La faena de Miguel Angel había sido técnicamente muy buena, pero tambièn ante un rival cortito de fuerzas. "La plaza me pareció fantástica, muy bonita, tenía muchas ganas de torear aquí. Y el público es muy cariñoso y observo que con ganas de ver toreo a pié...", explicaría aún Perera.
588 kilos tenía el toro de Ortigao Costa que tocó en suerte como cuarto de la noche a Joao Ribeiro Telles II (con casaca vino tinto y oro). A lomos del "Oriente" brindó a los hijos de José Joao Zoio, presentes en la barrera de siempre de su padre, a quien habían despedido -su cuerpo fue cremado- a mediodía.
El cavaleiro de 20 años estaría por encima de su rival, con una faena que intentó fuese ligada hasta donde era posible; pero el rival -aunque mostró amagos- no tenía la transmisión que hubiese posibilitado una gran faena del cavaleiro de A Torrinha. Con todo, esta faena fue de menos a mas, mejorando mucho en banderillas los titubeos de los ferros cumpridos.Por los forcados del Aposento da Chamusca el protagonismo de una pega -brindada a António Badajoz- lograda al tercer intento y no sin dificultades dada la brusquedad de la embestida del animal que tuvo muchas cosas de manso.
Cavaleiro y forcado darían vuelta a los sones de "Amparito Roca", interpretada con soberbio empaque por la brillante Banda do Samouco.
En el quinto de la noche, brindó Pedrito su faena -que tendría vibrante inicio con pases cambiados por detrás- a António Badajoz. Se arrancó con "Flamenco y Solo" la Banda do Samouco. El toro de Varela Crujo parecía tener en principio algo mejor condición que su hermano salido anteriormente en tercer lugar, aunque por el pitón izquierdo mostró pronto que no tenía clase. El toro se fue diluyendo poco a poco y la faena se iría apagando, confirmando que los Varela Crujo no son ahora mismo el oro que relucía antaño. Animó la vuelta al ruedo de Pedrito la Banda do Samouco interpretando "Mi Huelva tiene una Ría", alegría premonitoria del viaje que el colectivo samouquense en próximas horas hará hacia las tierras españolas de Ayamonte que baña el Guadiana.
En el último de la noche, Miguel Angel Perera salió mandando con el capote y tratando de meter al toro -poco claro- en el canasto desde su técnica envidiable puesta en jaque por la poca clase mostrada por el morlaco en el primer tercio. Los aplausos del público agradecieron la voluntad de Perera. Voluntad firme del torero en la faena de muleta que se vio empañada por la escasa transmisión de un toro soso, sin clase e impropio de un cartel importante como era el de esta noche. Perera derrochó voluntad pero de aquel morlaco poco jugo podía sacarse...
Se cumplió así una vez más el dicho de "cuando hay toreros no hay toros...",resumen de lo que fue esta corrida de gran cartel que arrastró muchísimo público a la plaza, pero que casi resultó un desastre ganadero. Unos toros -como los de a pié- que no reciben ni un puyazo, no pueden dar un rendimiento tan lamentable como el que al menos 3 de los 4 lidiados ofrecieron. Si hubiesen recibido puyazos, ya ni habrían llegado siquiera al último tercio... Estropearon la noche, sin duda, esos toros de Varela Crujo herederos.
Em breve online: a análise de Patrícia Sardinha e as fotos de Pedro Batalha.
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